23 abril 2011

Libro

Amaba el libro, pero el libro espontáneamente elegido. [...] Un libro te remitía a otro libro, un autor a otro autor, porque, en contra de lo que solía decirse, los libros nunca te resolvían problemas sino que te los creaban, de modo que la curiosidad del lector siempre quedaba insatisfecha. Y, al apelar a otros títulos, iniciabas una cadena que ya no podía concluir sino con la muerte.

Señora de rojo sobre fondo gris, Miguel Delibes

4 comentarios:

Violeta J. dijo...

Que se lo digan a mi lista de pendientes, que no para de crecer..... :p

Carmen dijo...

¡Cuánta razón tenía Delibes! :)

Chino Cudeiro dijo...

Una maravilla, como todo lo que escribió Delibes.

Muy buen blog, al hilo del fragmento de Delibes provoca que aumente exponencialmente la lista de lecturas futuras.

Un saludo.

Carmen dijo...

Chino Cudeiro, me alegro de que te haya gustado.

Sigue leyendo a Delibes, que tiene muchos párrafos como éste, que son una joyita.