25 marzo 2012

Árboles

Esta mañana tomé un ómnibus, me bajé en Agraciada y 19 de abril. Hace años que no iba por ahí. Me hice ilusión de que visitaba una ciudad desconocida. Sólo ahora me di cuenta de que me he acostumbrado a vivir en calles sin árboles. Y qué irremediablemente frías pueden llegar a ser.

Una de las cosas más agradables de la vida: ver cómo se filtra el sol entre las hojas.

La tregua, Mario Benedetti

No hay comentarios: