09 diciembre 2011

Octubre

El coronel destapó el tarro de café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata.

Mientras esperaba a que hirviera la infusión, sentado junto a la hornilla de barro cocido en una actitud confiada e inocente expectativa, el coronel experimentó la sensación de nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era octubre. Una mañana difícil de sortear, aún para un hombre como él que había sobrevivido a tantas mañanas como esa, durante cincuenta y seis años —desde cuando terminó la última guerra civil— el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban.

El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez

2 comentarios:

Summer dijo...

Qué blog tan bonito!!! El fondo es precioso.
No había leído este libro de Marquez, me lo voy a poner en la lista.

Carmen dijo...

Muchas gracias, Summer :)

Es el último libro que he leído. Muy cortito, casi parece un relato, pero lo he disfrutado.