23 octubre 2010

Corazón

- Eres un buen chico. Mirándote, me he dado cuenta. En los siete años que llevo aquí he visto ir y venir a mucha gente. Así que lo sé. Hay dos tipos de personas: los que son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tú te encuentras entre los primeros. Puedes abrir tu corazón siempre y cuando quieras hacerlo.
- ¿Y qué sucede cuando lo abres?
Reiko, con el cigarillo entre los labios, juntó las palmas de las manos con aire divertido.
- Que te curas - afirmó.
La ceniza del cigarillo cayó sobre la mesa, pero a ella no pareció importarle.

Tokio blues, Haruki Murakami

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